...Lo que constituye, en definitiva, la escritura no es el signo (abstracción analítica), sino, de forma mucho más paradójica, la cursividad de los discontinuo (lo repetido es forzosamente discontinuo). Dibujamos un círculo: producimos un signo; pero, vamos a trasladarlo sin levantar la mano de la superficie receptora: estamos engendrando una escritura: la escritura es la mano que pesa y avanza o se desliza, siempre en el mismo sentido, la mano que labra, en suma (por ello el bustrofedón toma su nombre, métafora rural, del ir y venir de los bueyes a lo largo del campo de labranza). El sentido corporal de la espiral repetida es que la mano no abandone el papel hasta el agotamiento de un determinado placer (el sentido se remite a la figura general: cada uno de los dibujos de Réquichot es nuevo).